fbpx

2008 | Cuentiando pretiliando

Apólogos, fábulas, relatos breves, narraciones orales, historias contadas, todo parece el mismo cuento, el mismo sinónimo emigrante que domestica las palabras, que las seduce, que las conquista, que las embriaga que las desviste… que hace de ellas una aventura, un misterio, un encuentro, una denuncia, un viaje…

Y es que el juglar, el rapsoda, el cuenta cuento, o el narrador oral con su bitácora de imaginación, con su brújula del lenguaje, con su alquimia de abecedario, nos lleva por los laberintos, por las orillas, por el desierto, por las montañas, por los abismos…

O simplemente, nos abandona, nos sumerge, nos vulnera, nos distrae, nos engaña,

nos estremece, con ese natural arte de pronunciar con sus labios, de hace vibrar las vocales, las consonantes, de extender frases, exclamaciones, de ser un acróbata del movimiento entre lo que dice y reflejan sus gestos…

Y nosotros, los que lo escuchamos, lo asistimos, lo circundamos, lo vemos, vamos construyendo un imaginario individual o colectivo de esas historias, de esas memorias, de esas imaginaciones, que juegan entre el pasado y presente, entre el fin y principio de cada cuento.

Una de las principales razones que nos permiten sociabilizar opiniones, criterios, deseos, temores, estados de ánimo y todo aquello que resalta el carácter humano de nuestros actos, es sin lugar a dudas la capacidad de expresarnos con el lenguaje.

Sin embargo, nos hemos convertido en cultivadores de un dialogo que suprime cada vez más palabras, que empobrece el vocabulario y opaca la belleza con que podemos describir o comunicar lo que sentimos.

Vivimos una época donde la comunicación representa el carácter del Siglo XXI, pero irónicamente es donde menos posibilidades tenemos de relacionarnos en una conversación fraternal, pausada , que consienta el propósito de encontrarnos entorno a una humeante taza de café, un buen vino o una tertulia de amigos.

La inmediatez que impone la sociedad a minimizado el placer de reunirnos, vivimos en un mar de información e imagen que nos hace vulnerables a ocupar la mayor parte del tiempo en ser útiles, productivos, en crear la condición de seres siempre ocupados, propensos a reflejar la imagen de personas modernas.

Las mayores preocupaciones individuales y colectivas se generan por medio de como acceder continuamente a los bienes y servicios que impone la sociedad de consumo. Cada vez la técnica nos transforma, nos domestica, nos hace depender de sus avances, de su capacidad de improvisar las circunstancias y normas con que debemos vivir.

Y es por eso que la defensa del lenguaje, se hace necesaria para poder seguir respirando palabras que dimensionen con mayor altura el derecho a discernir, a denunciar, a imaginarnos un mundo mejor, más coherente con nuestro espíritu de hijos de la naturaleza y no de una máquina.

Pero, en donde podremos encontrar la fuente que enriquezca ese lenguaje, que permita mostrarnos otros rumbos, de sentir la desbordada fuerza de una sensibilidad más comprometida con el asombro que con la obligación, más vital que disciplinada, más impredecible que eficaz, más contemplativa que cómoda, en fin, no hay duda que todo ese inventario de búsquedas lo podemos vivir escuchando cuentos.

Y acceder a ellos es tan natural como comer manzanas, solo hay que tener apetito de curiosidad, pasión por aprender, por navegar sus ríos de conocimiento, por conquistar mayores territorios de lucidez, quien no desea embriagarse de palabras que seduzcan, que conmuevan, que nos permitan abrirle las puertas a lo que queremos.

Y es que en los cuentos no solamente nos reflejamos como oyentes, como oníricos personajes ávidos de otras realidades, sino también, podemos broncearnos con el sol de sus historias, humedecernos con el mar de su leyendas, despertar continuamente la nostalgia de lo que somos y lo que queremos vivir…

Y porque el mayor compromiso de los contadores, de los narradores de hoy, de los juglares, de los rapsodas de ayer… es invitarnos continuamente a descubrir en ellos la ausencia o el derroche con que soñamos la arquitectura de nuestra propia realidad.

Informarme las noveaddes

Este sitio web utiliza cookies para garantizar que obtenga la mejor experiencia. Política de Cookies.